Como estoy en España voy a hablar del solsticio de invierno. ¡Considerad las diferencias aquellos que estáis en el hemisferio sur!
El solsticio de invierno implica el retorno de la luz. Sí, es cierto que se trata del día más corto del año, pero… justo es el punto de intersección. A partir de este momento las horas de luz vuelven a robarle territorio poco a poco a las largas noches. El camino hacia el verano es extenso, pero comienza ahora y nuestras almas recuperan poco a poco la alegría y el entusiasmo que concede el Sol.
¿Sabías que la Navidad tiene origen en una festividad romana dedicada al dios Saturno? Pues sí, en Roma celebraban Saturnalia. Coincidían con el solsticio de invierno y honraban al dios Saturno. El reinado de la oscuridad tocaba a su fin y se regocijaban con el nacimiento del Sol Invictus. El espíritu de estas fiestas era similar al del Carnaval. La gente se relajaba y disfrutaba del desenfreno por varios días. Amos y esclavos intercambiaban roles y participaban en banquetes que se caracterizaban por la generosidad y el convite. Todo el mundo estaba de buen humor y era costumbre hacer regalos. ¿Quién iba a esperar esto de unas fiestas dedicadas al restrictivo dios Saturno, verdad? Pues sí 😛 y no en vano los Capricornio (regidos por Saturno) tienen la fama de soltarse la melena en la madurez, después de haber sido tenaces trabajadores en su juventud. Son gente muy constante y luchadora pero también está dotados de un gran sentido del humor… Comienza su temporada y ¡lo hace por todo lo alto!
Ahora, cuando celebres la Navidad, acuérdate de que ésta tienen un origen pagano… Y ya no sólo me refiero a Saturnalia; para los nórdicos, el solsticio de invierno era la fiesta de Yule, que hacía hincapié en honrar a la familia y los ancestros. Festéjalo a tu manera y disfruta del tránsito.
Mucha paz y mucho amor para estos días que nos esperan… allá donde estés y celebres lo que celebres.
Photo: Lukasz Strachanowski